Apofis La Gran Serpiente y la Ruptura del Orden Cósmico.


Apofis, en la mitología egipcia, era el dios que representaba las fuerzas del mal que habitaban el Duat (inframundo egipcio). Se representaba como una gran serpiente o cocodrilo que habitaba las aguas del Nilo (Num), y a la que despectivamente se le conocía como Nepai (“El que es como una tripa intestinal”).  Un horrible ser que no tenía ni ojos ni oídos, y por tanto sólo podía gritar y gritar emitiendo alaridos desagradables que ensordecían a quien los escuchaba.

La serpiente era hija de Neith,  y había nacido del escupitajo que la diosa arrojó a las aguas primordiales. No obstante, muchas otras fuentes aseguran que el origen de este ser es totalmente desconocido y que puede ser que sea un ser mitológico inspirado en ideas venidas de Asia.

Era este un ser demoníaco, lleno de odio y maldad. Una deidad siempre amenazante que intentaba desestructurar la armonía y hacer ganar al caos en cualquier momento.  Tenía una única misión que perseguía día a día con ahínco, interrumpir el recorrido del barco solar de Ra para que el nuevo día nunca llegara.  Con el fin de conseguir que esto pasara, Apofis empleaba todas sus fuerzas en distintas estrategias o métodos.

Había días que intentaba atacar la barca directamente y sin esconderse. En otras ocasiones creaba bancos de arena para que Ra encallara y no pudiera seguir. Hiciera lo que hiciera su único fin era romper el orden cósmico.

Cabe destacar que Apofis era una serpiente indestructible, así pues,  a pesar de que todas las noches Horus y Seth se unían para vencerla y le llegaban a cortar la cabeza, Apofis nunca moría y al día siguiente estaba otra vez ahí intentando destruir la barca solar de Ra.
Los egipcios creían que los días en los que había eclipse eran días en los que Apofis había conseguido tragarse la barca.